Análisis | Kaodi

Análisis | Kaodi

Un viaje íntimo a través de las cicatrices de la guerra.

Ficha Técnica

Kaodi cover

  • Título: Kaodi
  • Desarrollador: Outlander Games
  • Editor: Dojo System
  • Plataformas: PC
  • Fecha de salida: 3 de junio de 2025
  • Jugadores: 1
  • Idioma: textos en español
  • Género: aventura, plataformas 2D
  • Cómpralo: Kaodi


No todos los videojuegos necesitan  hablar de la crudeza de la guerra a través de explosiones, fuego cruzado o mapas saturados de enemigos. Algunos, son capaces de hablarnos de todo ello con delicadeza y sensibilidad, bajando el volumen y levantando la mirada para buscar en el alma de los personajes, y de los jugadores, las verdaderas consecuencias de un conflicto. Kaodi se suma a esa noble estirpe de juegos que eligen huir del estruendo del campo de batalla, para indagar en las ruinas.

Títulos como 11-11: Memories Retold, con su estilo pictórico único y enfoque emocional, This War of Mine, que nos obliga a sobrevivir como civiles en una ciudad asediada, o Massira, una aventura íntima sobre la crisis de los refugiados, son ejemplos de cómo el medio interactivo puede abordar la guerra desde una perspectiva empática e introspectiva. En Kaodi, ópera prima del estudio madrileño Outlander Games, lo que importa no es la pólvora, sino la cicatriz y el silencio tras el disparo. Una verdad incómoda que resulta profundamente humana.

Historia

Kaodi nos pone en la piel de Barren, un soldado que regresa a casa tras haber sido una figura clave en la victoria del Imperio sobre la República de Shan. Lo que podría interpretarse como un retorno triunfal, se percibe desde el primer momento como un viaje cargado de peso emocional. No hay desfiles ni aplausos, solo el eco de lo vivido y una sensación creciente de vacío. Nuestro protagonista no vuelve como un héroe, sino como alguien que arrastra consigo preguntas sin respuesta, cicatrices invisibles y una profunda incomodidad sobre todo lo que ha dejado atrás.

En su camino, irá encontrándose con personajes que, como él, llevan consigo las secuelas de una guerra que no termina con la última batalla. Historias cruzadas de pérdida y heridas que dibujan un mosaico emocional que no juzga, pero que invita a la reflexión.

La narrativa cala desde los primeros compases a base de silencios, diálogos y reflexiones íntimas. Porque, aunque la guerra haya acabado, lo realmente difícil es convivir con lo vivido, reconstruirse desde las cenizas. Y ahí, en ese terreno personal y sincero, Kaodi deja una huella honesta difícil de olvidar.

Jugabilidad

Bajo esa aparente simplicidad visual mediante una paleta monocromática y un pixel art sobrio, Kaodi esconde un diseño cuidadosamente intencionado, que encaja a la perfección con la historia que quiere contar. No busca abrumar con mecánicas complejas ni sobrecargar con estímulos visuales: su propuesta se construye desde la contención, desde lo esencial, para que cada acción tenga sentido y cada pausa el peso que merece.

Nos movemos a través de un desarrollo en scroll lateral en 2D donde la exploración tiene un ritmo pausado y meditativo. Los escenarios están diseñados para invitar a la observación y la lectura emocional, no para correr por ellos. Aquí no se premia la prisa, sino la atención. Las secciones de plataformas están integradas con suavidad en el recorrido sirviendo como vehículo para reforzar la sensación de tránsito: de paso por un mundo en ruinas, de retorno y de búsqueda.

En combate, Kaodi propone duelos breves pero cargados de intención. Barren se enfrenta a sus enemigos con movimientos precisos pudiendo esquivar, atacar y bloquear, pero no se trata de pulsar botones al azar. Cada acción cuesta energía, y recuperarla depende de acertar golpes, lo que convierte cada enfrentamiento en una especie de coreografía tensa, donde la paciencia y la lectura del rival son claves. Más que un sistema para demostrar destreza, el combate transmite el desgaste físico y emocional de alguien que ya no quiere seguir luchando, pero que no puede evitar hacerlo.

Uno de los mayores aciertos del juego es el llamado «Mundo Interior», una mecánica narrativa que se entrelaza con lo jugable sin forzar el ritmo. A través de este espacio introspectivo, Barren reflexiona sobre distintos aspectos de su pasado, sus vínculos personales y su papel dentro de la guerra. Estas reflexiones no son solo contemplativas: modifican directamente el desarrollo, desbloqueando rutas alternativas, nuevas líneas de diálogo o alterando cómo percibimos ciertos elementos del entorno.

Gráficos y Sonido

Visualmente, Kaodi presenta una dirección artística que enamora por su coherencia y sensibilidad. El juego combina pixel art clásico y ligeros efectos 3D que, lejos de buscar espectacularidad, construyen una atmósfera intimista, melancólica y simbólica.

La elección estética de representar el mundo en blanco, negro y toda una gama de grises no es solo una decisión visual, sino narrativa que refuerza con elegancia y sobriedad el mensaje central de Kaodi: en la guerra no existen blancos ni negros, sino una infinita escala de grises. No hay bandos puramente buenos o malos, solo decisiones marcadas por el contexto, la pérdida y la supervivencia.

El sonido en Kaodi no busca protagonismo, pero su presencia es fundamental. La música de Álex Pacheco acompaña con una delicadeza medida, apoyándose en instrumentos de inspiración asiática sin caer en estereotipos ni artificios. Una delicia. En los momentos más intensos, el silencio toma el relevo, dejando que el peso emocional hable por sí solo en un ejemplo de cómo el lenguaje sonoro, incluso sin palabras, puede sostener una narrativa honesta y profunda.

Conclusión

Kaodi es una propuesta valiente, que demuestra cómo el videojuego puede ser también un espacio para la introspección, la empatía y el silencio. Lejos del espectáculo visual o la acción trepidante, apuesta por una narrativa íntima y cuidada que invita a mirar hacia las heridas invisibles que deja cualquier conflicto.

Outlander Games firma una ópera prima que emociona sin necesidad de alzar la voz, construyendo una experiencia breve pero profundamente significativa. Su dirección artística sobria, su sistema de combate simbólico y su original mecánica del «Mundo Interior» lo convierten en un título que no solo se juega, sino que se siente. Kaodi no busca gustar a todo el mundo, pero para quienes conecten con su sensibilidad, será un viaje que quedará grabado por mucho tiempo.

Kaodi

Kaodi
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Kaodi no es un juego que pueda recomendar a todos, pero sí a los que disfrutan de juegos íntimos. Es breve, pausado y se centra más en lo emocional que en el espectáculo. Pero justo ahí reside su fuerza. Es una experiencia diferente, sincera, que apuesta por contar algo íntimo y sin artificios. Ofrece una historia que habla de memoria, duelo y de cómo seguir adelante después de atravesar lo que parece irreversible. Un juego que deja espacio para sentir, pensar y acompañar en silencio.
Kaodi no es un juego que pueda recomendar a todos, pero sí a los que disfrutan de juegos íntimos. Es breve, pausado y se centra más en lo emocional que en el espectáculo. Pero justo ahí reside su fuerza. Es una experiencia diferente, sincera, que apuesta por contar algo íntimo y sin artificios. Ofrece una historia que habla de memoria, duelo y de cómo seguir adelante después de atravesar lo que parece irreversible. Un juego que deja espacio para sentir, pensar y acompañar en silencio.
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