Analizando Deathbound,¡: desafía tus habilidades en el nuevo soulslike de Trialforge Studio
En los últimos años, los juegos indie del género soulslike han ganado popularidad, pero desarrollar uno tan exitoso como la popular franquicia de FromSoftware, puede ser todo un reto, especialmente debido a las limitaciones de presupuesto. Deathbound, el debut de Trialforge Studio, es un título ambicioso que intenta aportar nuevas mecánicas al género, ofreciendo una experiencia única a los jugadores. Publicado por Tate Multimedia, este juego presenta una mezcla de elementos post-apocalípticos y fantasía, y aunque su potencial es evidente, varios problemas mecánicos afectan la experiencia general.
El mundo de Deathbound se ambienta en el post-apocalíptico planeta Ziêminal, donde los jugadores nos encontraremos con una narrativa oscura y opresiva, que mezcla tecnología futurista con elementos de fantasía medieval. La trama gira en torno a una lucha entre dos facciones principales: la Iglesia de la Muerte, un grupo religioso que busca imponer su visión de orden mediante la muerte, y el Culto de la Vida, una organización que persigue la inmortalidad a través de métodos científicos cuestionables.
La historia se desarrolla de forma fragmentada, similar a otros soulslike, a través de diálogos crípticos, descripciones de objetos y escenas interactivas que detallan el trasfondo de los personajes jugables. Cada uno de los personajes desbloqueables tiene su propia historia, y al descubrir sus cuerpos y revivirlos, nos veremos envueltos, más si cabe, en el oscuro y desesperado mundo de Deathbound. A pesar de esto, la narrativa puede sentirse algo desconectada y difícil de seguir para aquellos jugadores que no estén dispuestos a explorar a fondo o prestar atención a los detalles.
Lo más destacado de Deathbound es su sistema de combate basado en el control de múltiples personajes a la vez, conocido como «esencia» cuya mecánica me recordó a Mortal Shell y su sistema de corazas. A lo largo del juego, podremos desbloquear hasta cuatro personajes distintos que se especializan en diferentes estilos de combate, desde un caballero con espada y escudo, un mago de veneno o incluso una ágil asesina. Cada uno de ellos aporta habilidades únicas y podremos alternar entre ellos en cualquier momento del combate, añadiendo una capa estratégica interesante.
El combate es rápido y fluido, con una fuerte sensación de peso en los golpes y la posibilidad de realizar ataques combinados utilizando la barra de sincronización. Este sistema permite hacer transiciones rápidas entre personajes, dando lugar a combos devastadores. Sin embargo, aprender a dominar el cambio entre esencias puede ser complicado, ya que no es intuitivo mover el pulgar entre los controles de movimiento y los botones direccionales en plena batalla.
El sistema de progresión, aunque variado, tiene algunos aspectos que podrían mejorarse. Podremos mejorar a nuestros personajes mediante un sistema de habilidades y talentos, pero las mejoras porcentuales (como un 3% más de daño) no se sienten significativas, y la falta de opciones para personalizar el equipo limita la profundidad del desarrollo del personaje.
Visualmente, Deathbound ofrece un estilo artístico que mezcla paisajes futuristas y post-apocalípticos con arquitectura medieval. Los entornos son oscuros, lúgubres y a menudo caóticos, lo que contribuye a la atmósfera opresiva del juego. Los escenarios varían desde ciudades modernas en ruinas hasta laboratorios tecnológicos abandonados, proporcionando ambientes explorables muy diversos.
Sin embargo, algunos de los detalles gráficos no alcanzan el nivel esperado. Las texturas pueden ser planas en algunas áreas y el diseño de ciertos entornos puede resultar repetitivo. Además, la falta de pulido en algunos modelos de personajes y enemigos, junto con la presencia de paredes invisibles, afecta la inmersión en momentos clave.
El apartado sonoro de Deathbound es uno de sus puntos más sólidos. La banda sonora acompaña perfectamente el tono oscuro y melancólico del juego, utilizando melodías sombrías y minimalistas que potencian la atmósfera. Los efectos de sonido durante el combate son satisfactorios, desde el choque de espadas hasta los gritos de los enemigos derrotados.
En cuanto al trabajo de voces, el juego incluye diálogos entre los personajes jugables y NPCs que ayudan a desarrollar la narrativa. Aunque no alcanza los estándares de doblaje de juegos AAA como los de FromSoftware, es un esfuerzo respetable, especialmente considerando los recursos limitados de un estudio independiente.
Deathbound es un juego con muchas ideas interesantes. Su sistema de combate basado en múltiples personajes aporta una novedad al género soulslike y, cuando funciona, ofrece momentos muy satisfactorios. Sin embargo, las deficiencias en su sistema de progresión, la simplicidad de los jefes y algunos problemas técnicos hacen que la experiencia general se vea afectada.
Para los amantes de los soulslike, que busquen algo diferente y tengan en cuenta algunas de las asperezas mencionadas en el análisis, Deathbound puede ser una opción entretenida.
