Análisis | Empire of the Ants

Analizamos Empire of the Ants la nueva versión del título lanzado en 2000 inspirado en las novelas de Bernard Werber.

Empire of the Ants es un juego de estrategia en tiempo real (RTS) desarrollado por Tower Five y distribuido por Microids. Basado en la popular saga de novelas «Les Fourmis» (Las Hormigas) de Bernard Werber, este título nos sumerge en un mundo microscópico donde tomamos el control de una colonia de hormigas. Este análisis detallará todos los aspectos del juego, desde su historia y jugabilidad hasta gráficos y sonido, evaluando qué tan bien logra adaptar esta peculiar premisa al mundo de los videojuegos.

La historia de Empire of the Ants nos pone en la piel (o más bien en las patitas) de 103.683, una hormiga obrera que, tras un ataque a su colonia, se ve forzada a asumir el liderazgo para salvar su hogar, Bel-o-kan, de diversas amenazas. A lo largo de la campaña, el jugador debe enfrentarse a desafíos que irán desde la exploración y recolección de recursos hasta la defensa contra depredadores y hormigas rivales.

A pesar de que el argumento no es particularmente profundo ni complejo, destaca por su enfoque narrativo basado en pequeños momentos que generan una conexión emocional con los personajes. El uso de feromonas para encontrar aliadas perdidas, la presión de las inundaciones repentinas, y la expansión territorial son algunos de los elementos que añaden capas de variedad a la experiencia, haciendo que cada misión se sienta totalmente única.

Empire of the Ants brilla en su jugabilidad, donde se combinan mecánicas de estrategia en tiempo real con elementos de exploración y plataformas. A diferencia de otros RTS tradicionales, aquí controlaremos a nuestra hormiga protagonista de forma directa, fomentando la inmersión del jugador. Utilizando un esquema de control sencillo, será posible dar órdenes a tropas, gestionar recursos y atacar a enemigos con bastante fluidez, aunque durante los primeros compases, al menos en consola, cuesta adaptarse a los mandos.

Por otro lado, el juego introduce un interesante sistema de gestión de colonias: cada nido actúa como un centro de operaciones desde donde podemos mejorar unidades, recolectar materiales y preparar nuevas ofensivas. La dinámica de juego se centra en la rápida toma de decisiones, con un sistema de combate accesible pero estratégico que incluye diferentes tipos de unidades como soldados, lanzadores de ácido y trabajadores que pueden especializarse en diversas tareas.

Uno de los aspectos a destacar del título es la movilidad de 103.683, que puede caminar, correr, saltar y adherirse a superficies verticales. Esta capacidad no solo facilita la exploración, sino que también permite un enfoque táctico al enfrentar obstáculos y enemigos. A medida que avanzamos, se nos presentan misiones que requieren usar «el sentido de hormiga», una especie de radar basado en antenas para encontrar recursos o aliados, añadiendo un componente con perfil detectivesco a la aventura.

Visualmente, Empire of the Ants utiliza el motor Unreal Engine 5, ofreciendo un nivel de detalle impresionante que roza el fotorrealismo. Desde los brillos de las gotas de rocío hasta la textura rugosa de las hojas y el suelo, el juego logra crear un entorno que se siente vivo y lleno de detalles. Cada criatura en el juego, desde hormigas rivales hasta libélulas y escarabajos, está animada con gran precisión, lo que aporta un toque casi documental al juego.

El apartado sonoro complementa esta atmósfera naturalista con una banda sonora orquestal que acentúa los momentos de tensión y descubrimiento. Los efectos de sonido son igualmente impresionantes; el crujido de las hojas bajo nuestras patas, el zumbido de insectos volando cerca y el eco de gotas de agua cayendo crean una sensación de inmersión completa.

Empire of the Ants es una propuesta fresca en el género de los RTS, con una mezcla de jugabilidad accesible, gráficos impresionantes y un enfoque narrativo único. Si bien los puristas del género podrían encontrar que le falta la complejidad estratégica de títulos más tradicionales, su enfoque directo y dinámico lo convierte en una excelente puerta de entrada para nuevos jugadores y en una experiencia encantadora para aquellos que disfrutan de la temática naturalista.

El modo multijugador añade un extra de rejugabilidad, permitiendo enfrentamientos entre jugadores de diferentes plataformas gracias al crossplay. Sin embargo, la falta de más modos de juego puede hacer que la jugabilidad se sienta algo limitada a largo plazo.