Análisis | The Bridge Curse 2: The Extrication

Un escalofriante viaje hacia el corazón del terror asiático.

El terror regresa a la Universidad Wen Hua en una experiencia que promete sumergir a los jugadores en un ambiente escalofriante y cargado de misterio, aunque con algunos puntos a considerar. The Bridge Curse 2: The Extrication es la secuela directa del popular juego basado en la saga cinematográfica taiwanesa, que sigue explorando mitos locales y leyendas urbanas con un enfoque renovado en el terror psicológico. En esta entrega, los desarrolladores de Softstar Entertainment se han esmerado en expandir el universo del original, fusionando la narrativa clásica del horror asiático con mecánicas de juego envolventes.

La secuela se sumerge nuevamente en la atmósfera opresiva y sobrenatural de la Universidad Wen Hua, un campus marcado por leyendas de fantasmas y desapariciones inexplicables. Basado en el folclore asiático, este título no solo busca asustar sino también sumergir al jugador en una rica narrativa cultural que desafía las convenciones del terror occidental. A lo largo de aproximadamente cuatro horas, The Bridge Curse 2: The Extrication nos propone un viaje que mezcla elementos de cine interactivo con mecánicas de survival horror, invitando al jugador a explorar tanto el plano físico como lo sobrenatural.

La trama se articula en torno a cuatro personajes cuyas historias se entrelazan en la tétrica universidad. Todo comienza con Sue Lian, una reportera decidida a desentrañar el misterio tras la desaparición de una estudiante llamada Huang Ting-ting. Esta investigación se entrelaza con la de tres universitarios —Rich, A-Hai y Doc— que, al grabar un documental sobre un asesinato de los años 60, se ven atrapados en una dimensión paralela plagada de amenazas sobrenaturales.

El enfoque narrativo de múltiples perspectivas permite al jugador experimentar distintos puntos de vista, enriqueciendo la narrativa con una estructura casi cinematográfica. Sin embargo, aunque el juego inicia con un ritmo prometedor, utilizando efectivamente sustos psicológicos y una atmósfera envolvente, la historia puede sentirse un tanto extendida en su acto final, perdiendo parte de su impacto inicial al añadir giros que, aunque interesantes, no siempre resultan coherentes con el tono inicial.

En términos de jugabilidad, The Bridge Curse 2: The Extrication se presenta como un híbrido entre survival horror y walking simulator, centrado en la exploración, la resolución de acertijos y secuencias de sigilo. Cada personaje cuenta con habilidades particulares que, aunque en principio parecen añadir profundidad, no terminan de diferenciarse significativamente en el transcurso del juego. Destaca la inclusión de la Linterna Anima, una herramienta que permite enfrentarse temporalmente a los fantasmas, lo que añade una capa estratégica pero, al mismo tiempo, reduce la sensación de vulnerabilidad característica del género.

A pesar de esta aparente simplificación en algunas mecánicas, el juego logra sorprender con rompecabezas inteligentes que requieren ingenio y observación. No obstante, algunos de estos desafíos pueden sentirse resueltos más por ensayo y error que por deducción lógica, lo que puede resultar en momentos de ligera frustración. Especialmente memorables son las secuencias de escape, como la que involucra a la temible Bailarina Loca, inspirada en el juego infantil «luz roja, luz verde», que añade tensión y variedad a la experiencia.

Visualmente, el juego impresiona al recrear los oscuros y claustrofóbicos pasillos de la Universidad Wen Hua. El diseño de los fantasmas, resulta perturbador, logrando generar una atmósfera que recuerda al mejor cine de terror asiático. Aunque el apartado gráfico no alcanza los niveles de realismo vistos en títulos de mayor presupuesto, su dirección artística compensa con creces, ofreciendo entornos detallados y una iluminación que potencia el suspense.

En cuanto al apartado sonoro, el juego destaca por su diseño auditivo envolvente. Los sonidos inquietantes y la banda sonora minimalista se sincronizan para intensificar los momentos de terror, aunque las actuaciones de voz en inglés presentan ciertas inconsistencias que pueden restar inmersión en momentos clave.

The Bridge Curse 2: The Extrication logra capturar la esencia del terror asiático, combinando folclore con una atmósfera opresiva que mantiene al jugador en vilo que que destaca por su narrativa rica en matices culturales y puzles sesudos que aportan frescura a la jugabilidad. Aunque presenta ciertos altibajos en su ritmo y jugabilidad, y se siente un tanto repetitivo en sus últimos compases, sigue siendo una propuesta recomendable para los amantes del horror que buscan algo más allá de los típicos sustos.