Análisis | The Precinct

Simulación policial con alma ochentera, una historia envolvente y una estética que rinde homenaje a las series clásicas del género.

Tras seis años de desarrollo, The Precinct por fin ve la luz como un homenaje jugable a las películas y series policíacas de los años 80. Con una ambientación que bebe directamente de clásicos como Corrupción en Miami (Miami Vide) o Canción triste de Hill Street (Hill Street Blues), este título nos pone en la piel de un joven agente en una ciudad corrupta y vibrante, donde la línea entre la ley y el caos es cada vez más difusa.

Estamos ante un juego que, sin necesidad de grandes artificios, consigue enganchar por su propuesta directa, variada y, sobre todo, disfrutable. Con una jugabilidad que mezcla patrullas rutinarias con persecuciones a toda velocidad, un estilo visual retro y un sistema de progresión que premia el buen hacer policial, The Precinct es ideal para quienes disfrutan de la acción metódica, el drama urbano y la estética de una época donde ser policía era algo más que llevar placa y pistola.

En The Precinct, tomaremos el contros de Nick Cordell, un policía recién licenciado que hereda el legado de su padre, un policía que fue considerado un héroe, pero que trágicamente fue asesinado por una banda criminal. Aunque el relato de su muerte se mantiene en las sombras durante las primeras horas de juego, la presencia del padre fallecido de Cordell se convierte en el eje central de la narrativa. La ciudad de Averno, con sus barrios corruptos y sus habitantes desesperados, es el telón de fondo perfecto para una trama donde la justicia no siempre sigue el curso que uno espera.

Al principio de la partida y a modo de tutorial, nos enfrentaremos a distintos desafíos típicos en la vida policial diaria, pero conforme avancemos, los jugadores tendremos que hacer frente a una serie de conspiraciones que irán mucho más allá de lo que parece ser el caso del padre de nuestro protagonista. De este modo, el juego se alternará entre misiones de patrullaje en las que tendremos que resolver delitos menores, como multas de aparcamiento o exceso de velocidad, con enfrentamientos contra criminales mucho más peligrosos.

La jugabilidad en The Precinct es tan ambiciosa como su concepto. Al inicio de cada turno, los jugadores nos adentraremos en las calles de Averno City para cumplir nuestra jornada como agentes de policía. Los delitos son generados de forma aleatoria, siendo cada día distinto, con eventos que van desde persecuciones de vehículos hasta la resolución de crímenes menores. En este sentido, el juego se estructura en torno a un sistema que nos invita a realizar diversas tareas cotidianas de corte policíaco, como revisar parquímetros, sancionar el exceso de velocidad o detener a delincuentes en las calles.

Una de las características que más llama la atención es el meticuloso sistema de actuación en cada caso concreto. Ya sea que estemos frente a un simple infractor de tráfico o ante un criminal armado, nuestra forma de actuar debe atenerse a un protocolo que podremos consultar en cualquier momento. Tendremos que pedir la identificación, cachear si es necesario, y realizar un test de alcoholemia si sospechamos que ha estado bebiendo. Cada acción se lleva a cabo según el manual, aportando un toque realista que hace que el jugador se sienta realmente como un agente del orden. Al final de cada turno nos valorarán según nuestras acciones, teniendo en cuenta los delitos resueltos, la buena conducta o las pruebas presentadas. De esta forma, iremos ganando experiencia y podremos subir el rango de agente para obtener beneficios como nuevas armas (disponibles en la armería), o la posibilidad de requisar cualquier vehículo de la vía.

Como os digo, hay muchas tareas a las que tendremos que enfrentarnos. No obstante, la más divertida a mi parecer son las persecuciones. Nuestra misión será detener el vehículo, y para ello tendremos que callejear hasta situarnos lo más cerca posible del delincuente. De esta forma podremos rellenar dos barras visibles en la parte superior de la pantalla para acceder a los refuerzos, que por lo general consistirán en un coche patrulla extra o barreras de pinchos. En alguna ocasión también podremos recurrir a un helicóptero, aunque la única vez que lo solicité no sé qué hizo realmente.

Seguramente os estaréis preguntando qué tal es la conducción, y os he de decir que tanto el control del personaje como manejar los vehículos es poco preciso, sobre todo a la hora de usar la fuerza bruta o durante las persecuciones . A esto hay que sumarle que la simulación de tráfico se siente un poco torpe.

Las físicas de los vehículos al estrellarse son una delicia visual y quizá uno de los detalles que más me ha gustado. El vehículo se va desgastando y rompiendo (efectos visuales): el capó, las ruedas, y la conducción también se ve mermada. Incluso la sirena del coche deja de funcionar o los faros delanteros dejan de alumbrar. Vais a disfrutar mucho en este sentido, aunque a veces es frustrante que el vehículo no responda o se comporte de forma impredecible cuando está lloviendo. Por otro lado, controlar el helicóptero es bastante satisfactorio, excepto cuando te piden que sigas con el foco un vehículo a la fuga.

Por otro lado, a lo largo de las patrullas, los jugadores se encontrarán con coleccionables en forma de cajas fuertes que deberán abrir, buscando pistas en el entorno para desvelar más secretos de Averno City. El ciclo de recompensas, puntuaciones y las misiones secundarias, como las carreras de coches al más puro estilo GTA, añaden una capa de entretenimiento adicional que mantiene la acción fresca.

Gráficamente, The Precinct apuesta por una estética que recuerda a los primeros Grand Theft Auto, con una vista isométrica que ofrece una perspectiva cenital ideal para moverse con soltura por las calles de Averno City. Esta elección visual, lejos de ser un simple guiño retro, encaja perfectamente con la ambientación ochentera del juego, inspirada claramente en clásicos televisivos como Canción triste de Hill Street o Corrupción en Miami.

Lo que más sorprende es el nivel de detalle del entorno: aunque en los tráilers ya se intuía una ambientación cuidada, una vez dentro del juego, esa sensación se multiplica, sobre todo al interactuar con el entorno. Ya os lo comenté en el apartado de jugabilidad, pero ver cómo se destruyen objetos como semáforos, bloques de hormigón o postes al chocar, o cómo el coche patrulla se deteriora visual y funcionalmente con cada impacto, es un espectáculo, una auténtica delicia que vais a disfrutar mucho.

En cuanto al sonido, la banda sonora contribuye de forma muy efectiva a construir ese ambiente neo-noir, con sintetizadores y temas ochenteros que encajan a la perfección con la estética general del juego. No hay temas memorables salvo el tema principal, pero en general la música cumple su cometido: adentrarnos en una época y situaciones muy concretas.

Para terminar, comentar que el juego llega con textos en español y voces en inglés, con una actuación bastante decente, aunque en ocasiones se echa en falta algo más de dramatismo.

The Precinct logra ofrecer una experiencia policial completa, combinando acción, simulación y narrativa con acierto. La historia personal de Nick Cordell, unida a unas mecánicas variadas y bien implementadas, hacen que patrullar por Averno City resulte inmersivo y muy entretenido. Sus gráficos de estética ochentera con alto nivel de detalle, físicas realistas y un sonido que refuerza la ambientación elevan el conjunto. Aunque puede mejorar en algunos aspectos como el doblaje o ciertos bugs, es un título evocador y muy disfrutable.